En KIN BALAM regresamos el 5% de todas nuestras ventas directamente a nuestas comunidades Indígenas en México.

No sólo somos parte una cadena productiva que rescata a los productores y sus métodos anscestrales con una retribución justa y bien remunerada, si no también retornamos parte de las ventas totales a proyectos de rescate de nuestras comunidades indígenas.

Tras una profunda investigación de varias ONG´s decidimos unir fuerzas con PRO MÉXICO INDÍGENA por su gran liderazgo, trayectoria pero sobre todo RESULTADOS.

El cacao, semilla sagrada olvidada:

México- y particularmente Tabasco y Chiapas fueron la cuna del cacao, pero paradójicamente, hoy importamos más de lo que sembramos. La semilla que una vez fue moneda y ofrenda, se ha ido desplazando por abandono de políticas, prácticas, valor ancestral y pérdida de conexión con la tierra.

Mientras el mercado global exige toneladas de cacaos industriales cada vez de menor costo, México guarda cacaos criollos de linaje puro que si los dejamos en el olvido, desaparecerán. Apoyar a este RENACER no es sólo un negocio: es una forma de preservar un patrimonio biocultural.

KIN BALAM nace como un acto de memoria. Somos tributo, una ofrenda a la tierra que un respira bajo Comacalco, Tabasco.

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